2017-09-02
BOLIVIA

Alimentación escolar en Bolivia

El desafío: En Bolivia, el Programa Mundial de Alimentos indica que casi el 39 % de la población vive por debajo de la línea de pobreza, con los niveles de desnutrición más altos en Sudamérica (15,9 %). Entre los niños menores de cinco años, el 18 % sufre de desnutrición y muchos niños mayores de cinco años van a la escuela con el estómago vacío, y luchan por concentrarse en clase simplemente porque tienen hambre.

La iniciativa: Tras reconocer que los alimentos seguros y de buena calidad son clave para el aprendizaje y desarrollo, el Gobierno introdujo una legislación oficial en el 2014. Ahora el programa de alimentación escolar está presente en 339 municipalidades y recibe financiamiento por parte del Ministerio de Educación con apoyo técnico por parte de organizaciones no gubernamentales, incluido el Programa Mundial de Alimentos, así como del sector privado.

Gracias a las experiencias positivas de los programas de alimentación escolar existentes en las regiones del norte, centro y sur de América, volcamos nuestros conocimientos en Bolivia en el 2016, donde nuestros clientes comenzaron a suministrar néctar fortificado en envases Tetra Brik® Aseptic de 200 ml a 47 000 alumnos de 83 escuelas primarias. A lo largo del año, trabajamos junto con el sector local de procesamiento de alimentos a fin de mejorar el programa existente al aconsejar sobre la nutrición para una salud y un acceso mejorados a los alimentos seguros en más regiones de Bolivia, así como proporcionar apoyo práctico para implementar y evaluar el programa de alimentación escolar.

El valor: Estamos orgullosos de ser parte de una iniciativa a nivel nacional para mejorar la nutrición y, a su vez, los resultados educativos de los niños en Bolivia. Tras largos años de experiencia en la alimentación escolar, sabemos que esta intervención mejora inmediatamente la asistencia y el desempeño educativo de los niños, así como su altura y peso físicos. Estamos trabajando con las municipalidades al recomendar las mejores prácticas para supervisar el impacto del programa y comparar los resultados con las escuelas que no participan en el programa. Esto incluye estudios de aceptabilidad para comprender qué producto y envasado aceptan los niños.

También continuamos asociándonos con nuestros clientes y escuelas directamente para garantizar que la cadena de distribución y almacenamiento cumpla con las normas más estrictas de seguridad y calidad , al verificar regularmente los procedimientos en el lugar y proporcionar información y sugerencias en materia de inocuidad alimentaria.

Una mirada al futuro: Hay un gran potencial para que el programa estimule más cadenas de suministros lecheras locales al incluir provisiones de leche varias veces a la semana a fin de complementar el néctar fortificado. También buscamos apoyar aún más la reutilización de nuestros envases luego de su consumo, ya que la infraestructura de reciclaje no está disponible en las municipalidades aisladas en las que trabajamos. Ya hemos visto cómo los niños y las escuelas pueden ser innovadores y convertir envases vacíos en obras de arte o, incluso, en contenedores para cultivar arbolitos para los proyectos escolares de jardinería. La ambición compartida de todos los socios en el programa de alimentación escolar es que se convierta en una función autosuficiente y permanente de la sociedad boliviana.