La soja se utiliza para elaborar una gran variedad de productos que incluyen sustitutos de la leche, bebidas de soja tradicionales, jugos y bebidas híbridas con soja (en América del Sur y España), y yogures de soja para personas con intolerancia a la lactosa. El mayor desafío que enfrentan los productores es conseguir el sabor ideal. Las preferencias de los consumidores varían mucho alrededor del mundo: en ciertas partes de Asia, se prefiere el sabor intenso y tradicional que conserva o no el sabor del grano, mientras que el paladar occidental prefiere el sabor lechoso que no conserva el sabor del grano.
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