Si bien los consumidores se han sentido atraídos desde hace tiempo por las ventajas de comprar online todo tipo de productos, los comestibles se habían resistido un poco. Recorrer los pasillos, comparar diferentes marcas y envases en los lineales, poder inspeccionar y elegir físicamente los productos; todas estas razones mantenían la preferencia por las tiendas físicas tradicionales. Pero entonces llegó la COVID-19.
«La pandemia empujó a todos, tanto consumidores como distribuidores, a recurrir al comercio electrónico», afirma Javier Moreno, director de canales de Tetra Pak, especializado en comercio electrónico. «La gente recurrió a las compras en línea debido a los confinamientos o porque no tenían otras opciones». La COVID-19 aceleró el comercio electrónico de alimentos, y gran parte del sector experimentó hasta cinco años de desarrollo en tan solo unos meses. Sin embargo, desde el fin de muchas normativas y restricciones, este cambio en el comportamiento de los consumidores no se ha mantenido, sino que sigue creciendo y se prevé que continúe en el futuro próximo.
Las cifras son claras: el comercio electrónico de alimentos está en auge. Para 2026, se prevé que el 40 % de las ventas globales de cadenas minoristas se realizarán en el ámbito digital, frente al 23 % antes de la pandemia. Asimismo, el crecimiento de la tasa de crecimiento anual compuesta (TCAC) del comercio electrónico de alimentos (10,5 %) entre 2021 y 2026 parece superar con creces el de las tiendas físicas (3,5 %). Entonces, ¿qué impulsa este crecimiento continuo? Para Moreno, hay una razón principal: la practicidad.
«La pandemia cambió el comportamiento de las personas, pero ahora se sienten cómodas comprando alimentos en línea, así que han seguido haciéndolo», afirma. «Y eso se debe a que se han dado cuenta de que les facilita y simplifica la vida». Moreno cita el hecho de que el grupo de edad de 25 a 44 años es el que más compra alimentos en línea (jóvenes profesionales ocupados con familias) y que el 76 % de los compradores habituales de alimentos en línea en el Reino Unido tienen hijos. Pero hay algo más detrás de esta idea de practicidad, y tiene que ver exactamente con lo que compran los consumidores.
«Se trata de productos e ingredientes envasados —los llamados comestibles— y artículos voluminosos y difíciles de transportar, como un paquete de 12 cartones de leche», afirma Moreno. Resulta que muchas soluciones de envasado en envases de cartón existentes para productos e ingredientes alimentarios son perfectas para el comercio electrónico, tanto para consumidores como para productores.
«Tienen un diseño compacto, están casi completamente llenos de producto, por lo que son comparativamente más eficientes para transportar a granel», afirma. «Además, son no perecederos, por lo que no se necesita cadena de frío: se pueden entregar en la puerta de casa mientras estás en el trabajo y no hay problemas de seguridad alimentaria».
Pero con el auge del comercio electrónico de comestibles y las nuevas formas de envasar alimentos, surgen nuevos retos para los productores y distribuidores de alimentos. En primer lugar, está la interrupción de la cadena de suministro tradicional. «Antes, había un almacén con todo en palés. Luego se llevaba al supermercado, se colocaba en el lineal, y ya estaba», dice Moreno. «Pero ahora, puede que no llegue al lineal. Va en una bolsa o caja, a una furgoneta y luego a tu casa». Señala que los pedidos ahora pueden procesarse desde el supermercado, directamente desde los almacenes o en algún otro lugar por un tercero como Amazon.
«Entonces, ¿necesitas nuevos centros de distribución, como lo están haciendo nuevos actores como Amazon y Alibaba? ¿O deberías seguir el ejemplo de distribuidores tradicionales como ALDI y Tesco e introducir opciones como la recogida en la acera, taquillas seguras in situ o entregas de última milla? Debes pensar cómo encaja tu envase en todo esto». Muchos de estos actores, tanto omnicanales como especializados, están creando centros de distribución de vanguardia.
En segundo lugar, mantener los márgenes de beneficio en esta nueva cadena, con toda la tecnología necesaria, no es sencillo. Es preciso replantear la optimización del espacio y el inventario, así como la forma de trasladar los productos en tus centros y prepararlos para la entrega; esto conlleva numerosos costes adicionales. Por lo tanto, el envasado debe ser lo más ligero posible y ahorrar espacio, aspectos en los que el envasado de cartón ofrece claras ventajas.
Además, los consumidores exigen entregas cada vez más rápidas: el mismo día, en cinco horas, incluso en dos. Esto ha dado lugar a las «tiendas negras»: unidades hiperlocalizadas en zonas densamente pobladas que funcionan completamente mediante robots y automatización. Es fundamental preparar tu envase para el futuro, garantizando un tránsito fluido por estos sitios y que sea adecuado tanto para entregas pequeñas y puntuales como para la compra mensual de los consumidores.
Además de ser fácil, barato y eficiente de reenvasar y transportar, otra consideración es asegurar que el envase llegue en las mejores condiciones físicas posibles para lo que se llama la experiencia del desempaquetado (unboxing), es decir, sacar un envase de su envasado secundario, algo que Moreno dice que es crucial para el éxito del comercio electrónico.
«El envasado secundario es una forma de comunicar la singularidad de tu producto, lo que permite invitar al consumidor al estilo de vida que deseas presentar», afirma. «Las marcas pueden aprovechar este desempaquetado para comunicarse e interactuar con los consumidores, generando entusiasmo y anticipación en torno al producto».
Esto también se traduce en las ventajas de los multipacks y en que los consumidores se suscriban a entregas regulares de una cantidad fija, un ámbito de gran crecimiento. Los envíos en grandes cantidades ahorran dinero que puede repercutir en el consumidor, además de que las marcas pueden experimentar con la inclusión de diferentes sabores para probar nuevos productos o fomentar una mayor fidelidad de marca.
Un gran problema del comercio electrónico de alimentos es que los consumidores ya no pueden sostener ni ver el envase en persona, sino que se desplazan por pequeñas imágenes en una pantalla. Ser visible y comunicar la información correcta es esencial para el éxito en este canal en particular; de nuevo, los envases de cartón tienen una ventaja inherente sobre los tarros, las latas y los pouches.
«Si piensas en la forma y el diseño, todos los paneles, es perfecto para el comercio electrónico», dice Moreno. «El panel frontal ofrece mucho espacio para la creatividad y garantiza un mensaje claro para los consumidores en línea. Trabajamos mucho para ayudar a nuestros clientes a optimizar su diseño, asegurándonos de que comunique la marca e información esencial, y que, en última instancia, el consumidor haga clic en él».
Comprender el comportamiento alimentario de los consumidores y cómo ha cambiado la cocina casera es otro factor importante. Analizar un día típico en la vida de un consumidor y cómo utiliza los productos en su hogar puede ser ventajoso tanto para los distribuidores online como para los productores de alimentos. Algunas preguntas pertinentes son: ¿Por qué utilizan un producto en particular? ¿Cómo lo utilizan? ¿Y qué esperan lograr con él?
«Al hablar del tamaño del envase, hay que pensar en cómo se integra ese producto en el estilo de vida del consumidor», afirma Moreno. Entonces, ¿cuál es el tamaño ideal para una familia, cuatro personas o una pareja? ¿Lo comprarán? Y, de ser así, ¿es fácil de volver a cerrar y almacenar una vez abierto? «Los envases de cartón, como el Tetra Recart, se perciben como modernos y prácticos, y se asocian con productos más saludables, nutritivos y naturales», afirma Moreno, características que encajan con los valores de muchos consumidores.
En definitiva, envases como Tetra Recart ofrecen una propuesta de valor integral, adaptada al panorama actual del comercio electrónico. «Existe una tormenta perfecta que lo convierte en el momento ideal para este tipo de envase: es logísticamente eficiente y está optimizado para estos nuevos canales de compra», afirma Moreno. «Al final, todo se reduce a crear formas extremadamente prácticas para que las personas consuman alimentos, y estos envases cumplen su función».
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